Por primera vez en 25 años pareciera ser que mi país, Venezuela, tiene una oportunidad real de lograr un cambio de gobierno por la vía democrática del voto. Sin embargo, intento no emocionarme y mantener mi esperanza al mínimo. La desesperanza aprendida y la indefensa adquirida ya son parte de mi mecanismo de defensa para enfrentar la realidad de mi país. Hemos pasado demasiadas cosas en los últimos años. No quiero ilusionarme en vano. En mi país, tenemos una relación complicada con las elecciones. Conscientemente, unos días antes de las elecciones me abastecí de alimento, porque uno nunca sabe qué pueda ocurrir, y si algo ocurre lo mejor es que te agarre con alimento en casa. En Catia, el barrio donde vivo, se escucha “compren velas, por si acaso”. Todo parece estar normal, sin embargo, tengo una semana que no logro dormir más de 4 horas en la noche. La ansiedad toma mi cuerpo y trato de poner en práctica todas las herramientas que conozco para gestionarla. Un dolor de cabe...
Un café para compartir con ustedes. |
Su
aroma enamora a muchos, su sabor a otros más; cuando se degusta hace magia,
cuando se comparte hace amigos, puede hacer que una conversación se alargue más
de lo esperado y puede que con su compañía demos tristes despedidas.
El
café nos da la energía y la felicidad necesaria para empezar un nuevo día, si,
la felicidad, el café tiene alto contenido de endorfinas que nos alegran las
mañanas y nos alborota el paladar.
Nunca
fui amante del café, hasta hace un año; desde entonces, mi café de las mañanas
es sagrado. El Cafeto (planta del café) no es originario de América, ésta
planta fue traída por los colonizadores y resistió tan bien el cambio de clima
que es ahora en este continente donde se cultiva el mejor Café del Mundo.
Durante
muchos años el café junto con otros rubros, fueron el motor de la economía de
los países latinoamericanos y el sustento de muchas familias. El café fue causa
de mucha explotación en estas tierras americanas y también ha sido la causa de
muchas insurrecciones como la de 1932 en El Salvador.
En
los últimos años los cambios climáticos y las malas políticas en el área de la
agricultura han ocasionado que la producción de café se haya visto disminuida. En
Venezuela el café es 100% Arábica y los principales estados en los que se
cultiva el Cafeto son en Táchira, Mérida, Trujillo, Lara, Portuguesa, Monagas, Sucre
y Anzoátegui.
Para
que un Cafeto comience a producir frutos deberán pasar aproximadamente 4 años
desde su plantación y una vez dé los frutos, que parecen una cereza, se procede
a la recolección que se realiza manualmente, razón por la cual la industria cafetalera
emplea a miles de personas.
Una
vez recolectados se les retira la pulpa y los granos son extendidos en el suelo
y cubiertos con una lona para realizar el secado, aquí pueden tardar hasta
veinte días hasta que se proceda a tostar.
El
secreto de esta bebida tan popular está en el tostado, verde es imbebible.
Cuando ocurre el proceso de tostado aparece en la semilla del café más de 700
compuestos aromáticos. Una vez tostado ya está listo para ser molido. La mejor
forma de degustar un café es moler sus granos al momento de prepararlo, de esta
forma el sabor y su aroma están más frescos y concentrados.
La
primera plantación de café que conocí fue en Santa María de Cariaco en el
estado Sucre hace ya algún tiempo; pero fue en mi viaje a la población de San
Antonio de Capayacuar y Las Puertas de Miraflores (Monagas) en el que tuve la
oportunidad de conversar con auténticos cafetaleros, conocer las plantaciones y
además degustar de dicho café cultivado, tostado, molido y preparado de forma
artesanal allí mismito, es que hay que ver que nuestra tierra es dichosa y NO
nos niega nada. ¡Gracias Venezuela por tanto!
Twitter: https://twitter.com/SoyLuisAlvarado
Instagram: https://www.instagram.com/soyluisalvarado/
Comentarios
Publicar un comentario